“Jugaré los torneos de Wijk aan Zee [Países Bajos] y Linares. Si gano ambos, nadie podrá discutir quién es el mejor”, había dicho Gari Kaspárov a finales de 2000, nada más perder la corona mundial oficiosa ante su exalumno Vladímir Krámnik, a quien no logró ganar una sola partida en el duelo de Londres. El rabioso Ogro de Bakú triunfó en Wijk aan Zee, el Roland Garros del ajedrez, por delante del campeón oficial, Viswanathan Anand y de Krámnik. Ninguno de estos dos aceptó la invitación para luchar tres semanas después en Linares, el Wimbledon del ajedrez, donde Kaspárov arrasó con tres puntos de ventaja sobre sus seguidores, batiendo de paso la marca de Kárpov, quien logró 2,5 de diferencia en su histórica hazaña de 1994.