Pagar un recargo del 20% en la prima del seguro por tener sobrepeso. Verse excluido, por la misma razón, de un seguro colectivo de empresa. No encontrar ninguna compañía dispuesta a ofrecer al consumidor una cobertura de vida por padecer fibrosis. Estos son solo tres ejemplos reales de cómo un problema de salud o una discapacidad puede motivar el rechazo o la imposición al cliente de un precio más elevado de lo habitual por parte de las aseguradoras, puesto que el riesgo que las compañías perciben en estos casos es muy elevado. Se trata, sin embargo, de una práctica cuya legalidad cuestionan algunos expertos, aunque admiten que existen todavía lagunas para proteger de una forma efectiva a los usuarios de eventuales discriminaciones por su estado de salud.