Si a alguien se le ocurriera trasladar al fútbol el concepto gastronómico de moda, el que pondera la “cocina de proximidad”, podría inspirarse en la Real Sociedad. La mitad de la plantilla donostiarra, con solo cuatro extranjeros, proviene de un radio de menos de 100 kilómetros de distancia de San Sebastián. Es la otra cara del espíritu global de una competición que importa profesionales de una cincuentena de nacionalidades. Trece futbolistas criados en Gipuzkoa —la mayor concentración de una misma provincia, en este caso la más pequeña del país en superficie, en un vestuario de LaLiga Santander—, a los que hay que sumar otros tres que llegaron de fuera para formarse en Zubieta. Una fábrica de talento, nombrada como la mejor cantera de España por la organización Fútbol Draft en 2020, que abre sus puertas para descubrir una fórmula basada en la integración de la última tecnología a una consolidada tradición de paciencia, mimo y confianza en los jóvenes.