Tres palabras: ‘bad hair day’. Así nos referimos en multitud de ocasiones a esos días en los que nos levantamos con unos pelos que no hay quien los aguante. O bien porque están demasiado despeinados o bien porque se ha quedado bien marcada la goma con la que nos hicimos el moño alto durante la noche o bien, y sobre todo, porque no está tan limpio como nos gustaría en la parte de la raíz (incluso aunque nos lo laváramos ayer). Pues bien, para ocasiones como cualquiera de estas, la solución tiene nombre y, a pesar de algunas creencias y prejuicios, es efectiva, rápida y altamente recomendable: champú en seco.