Es bien conocido el brusco cambio que como consecuencia de la pandemia se han producido en la tasa de ahorro de las familias. La histórica caída del consumo provocada por las restricciones a la movilidad con el consecuente cierre o limitación de muchas actividades, unido al ahorro precautorio propiciado por la extraordinaria situación de incertidumbre, ha impulsado una fuerte elevación de dicha tasa de ahorro que ha marcado un record histórico[1]; en España, pero también en países de nuestro entorno.