A partir del principio de ‘responsabilidades comunes pero diferenciadas’, una de las piedras angulares del régimen internacional del cambio climático, podemos entender y aplicar la siguiente máxima: la Unión Europea tiene la obligación de brindar un mayor apoyo a la mitigación y adaptación climática, así como a la protección de aquellas poblaciones más expuestas y vulnerables de los países del Sur global, ante los crecientes impactos del cambio climático. El informe de propia iniciativa del Parlamento Europeo titulado ‘El impacto del cambio climático en la población vulnerable en los países en desarrollo’, reconoce esa responsabilidad por parte de la Unión Europea, e incide en la necesidad de reforzar sustancialmente la contribución europea para proteger a esas poblaciones.