Cuando se habla de despilfarro a menudo asociamos al sustantivo el adjetivo “alimentario”. La triste realidad es que nuestro consumo derrochador se extiende por muchos otros ámbitos como, por ejemplo, en el mundo de las plantas. Todos sabemos ya que se pierde mucha comida tontamente en cualquier punto de la cadena, desde el productor hasta el consumidor final. Quizá es menos sabido que también se echa a la basura mucha planta que merece, por así decirlo, una segunda vida. Como bien dice el refrán, mientras hay vida hay esperanza.