La música en el videojuego es un valor de producción capaz de encumbrar una obra, o de todo lo contrario, algo que los estudios encargados de las superproducciones saben bien. Rockstar Games ha demostrado en múltiples ocasiones el cuidado y la atención que pone en este apartado particular, y gracias a ello es por lo que su lanzamiento más reciente, Red Dead Redemption II, goza de una capacidad de inmersión difícilmente igualable.