Pintoresco, el adjetivo que con frecuencia empleamos para calificar las arquitecturas que construyen una identidad sólida y arraigada, pero alejada de la modernidad, viene del inglés picturesque y significa digno de aparecer en un cuadro (picture). Lo pintoresco en arquitectura se asocia a lo vernáculo. Suele trabajar recursos tradicionales —como las celosías en la parte más soleada del planeta, las casas encaladas del sur de España, las contraventanas coloreadas del Mediterráneo o las cubiertas de teja a dos aguas de los chalets suizos— y, con esa referencia a la cultura del lugar, indica respeto y construye identidad.