La vida de las comunidades de propietarios se ha visto paralizada en gran medida a causa de la pandemia de covid-19. La obligación que impone la Ley de Propiedad Horizontal de convocar y celebrar juntas al menos una vez al año para la aprobación de los ingresos y gastos, renovación de cargos, obras a realizar y todas aquellas decisiones que atañen a la vida vecinal ha tenido que postergarse por la crisis sanitaria. Por otro lado, otro tipo de decisiones, como la de la apertura de la piscina en la temporada de verano, ha tenido que decidirse con los votos online de los propietarios.