El Sahel se ha convertido en una zona del planeta cada vez más presente en nuestros informativos, en alas de la violencia que se extiende hacia los países costeros de África occidental, como Benín y Costa de Marfil. Hace apenas dos semanas que David Beriain y Roberto Fraile eran asesinados en Burkina Faso, en uno de los ataques que han convertido a la región en la primera en la clasificación del terrorismo global en los años 2019 y 2020. Con 921 incidentes en 2020, que significan un incremento del 70% con respecto al año anterior, y la duplicación de muertos de un año para otro, divididos a medias entre militares y civiles, el deterioro en la zona es obvio.