Ni fija, ni variable. O, mejor dicho, ambas cosas, pero en momentos distintos. De esta forma se podría resumir el funcionamiento de la hipoteca mixta, una opción que actualmente apenas escoge uno de cada 10 o 20 usuarios, según datos del sector. Relegada a un segundo plano por el coste especialmente apetecible que ostentan ahora los préstamos a tipo de interés fijo, a su vez empujado a la baja por unos tipos variables que están por los suelos, la hipoteca mixta ha perdido parte de su atractivo, pese a que algunas entidades intenten devolvérselo.