Según la mitología clásica, el miedo nace de dos dioses: de Venus, la diosa del amor, y de Marte, el dios de la guerra. Es una bonita metáfora para explicar que dicha sensación se origina en aquello que queremos y que no deseamos perder. Está asociado al apego, por eso las personas más peligrosas son aquellas que no tienen miedo ni, tan siquiera, a perder su vida. La guerra, por cierto, también encierra una interesante metáfora. Detrás de actitudes agresivas innecesarias se encuentra el temor. Si no, pensemos en cuánto se desgastan los perros pequeños ladrando ante una posible amenaza.