Cuenta Ludovic Navarre que un accidente en una competición deportiva de windsurf a los 15 años le llevó a la música. Quería ser un profesional sobre las olas y, después de verse obligado a no competir más, acabó obsesionándose con las nuevas tecnologías. “Descubrí mi segunda vida”, confiesa. Esa segunda vida pasaba por un ordenador aplicado al ritmo. Navarre acabaría por llamarse artísticamente St Germain y el chico que iba para surfero revolucionó la música francesa y la escena del jazz internacional con el disco Tourist.