Gobernaba en Cuba Gerardo Machado (1925-1933), el ferry que conectaba Cayo Hueso y La Habana funcionaba a todo trapo y miles de turistas estadounidenses sedientos viajaban a la isla cada año, pues en su país la Ley Seca hacía estragos. En el Floridita reinaba el daiquirí de Constante, y en los cercanos hoteles Plaza y Sevilla Biltmore, frecuentados por los norteamericanos, otros cantineros de prestigio preparaban exóticos combinados mientras el New York Times hablaba de la isla a finales de los años veinte como un destino privilegiado a solo noventa millas de casa.