Convertirse en piloto de aviación o controlador aéreo en un contexto de pandemia, con restricciones de viaje generalizadas y un alto grado de incertidumbre, puede parecer arriesgado. Pero, según los expertos del sector, este es precisamente un buen momento para empezar a formarse, ya que para 2023-24 la demanda de vuelos comerciales podría volver a los niveles precovid. Se trata de carreras con un alto grado de exigencia pero bien remuneradas y con un entorno laboral relativamente estable, aunque el elevado coste de los estudios (pueden superar los 70.000 euros) constituye una gran barrera de entrada. Desde tierra, pero mirando también al aire, la formación como piloto de drones es otra opción de popularidad creciente y con aplicaciones en numerosos campos profesionales.