Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Aunque en la década del 2000 llegó a sufrir una inflación del 89.700 millones por ciento y acaba de salir de una de las dictaduras más férreas y largas del continente (la de Robert Mugabe), la percepción sobre el terreno es que Zimbabue no es tan pobre como podría parecer por esas cifras. Hoy cuenta con 17 universidades, una red de carreteras más que aceptable, supermercados bien provistos y educación universal. Tampoco carece de lugares de interés, todo lo contrario: en sus fronteras está la ribera más fotogénica y espectacular de las cataratas Victoria. Cuenta con las ruinas arqueológicas más enigmáticas al sur del Sáhara (Great Zimbabwe). Y uno de sus parques nacionales, el de Hwange, está reconocido entre los 10 mejores del continente africano para ver fauna salvaje.