La carretera M6098 con sus curvas, sus pequeños túneles excavados en la roca y el mar de fondo recortando la costa; así se entra en Mónaco. La pequeña carretera se convierte en una intrincada red de túneles de varios kilómetros, aparecen los rascacielos que se mezclan con las pequeñas casas y mansiones de todas las épocas y en cada esquina se oye el rugir de los coches que se dirigen, cómo no, al corazón del principado: la plaza del Casino.