Destacar entre los más 3.000 impactos de publicidad que recibimos al día no es misión imposible. El color es uno de los elementos más eficaces para atrapar al ojo. Por eso, las empresas invierten grandes cantidades de dinero en registrar los suyos propios o están envueltos en litigios para conseguirlo. De ahí, que rojo Coca-Cola solo haya uno o que Christian Louboutin sea el único que puede pintar de carmín las suelas de los zapatos.