A mediados de la década de los 90, una criatura parecida a un reptil, en dos patas y con espinas en la espalda, comenzó a aterrorizar a ganaderos en Estados Unidos. La voz se corrió y “el Chupacabras” empezó a ser conocido por supuestos ataques a animales e incluso a personas. Su popularidad creció al grado de que la leyenda nacida en Puerto Rico apareció en programas de televisión y películas. Pero no es la primera ni la última vez que un personaje de la tradición oral hispana permea en la cultura estadounidense, la Llorona de México y el Coco o Cucuy de España también han captado la atención y arrancan sustos en el país del norte.