El último informe estadístico del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre víctimas mortales de violencia machista deja algunos datos, pocos, para la esperanza, y muchos que corroboran que queda mucho por hacer. Entre los primeros, que el número de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas durante los años 2016, 2017 y 2018 fue de 151, un 11,2% menos que en el anterior trienio. Pero de ese total de víctimas mortales, 46 (el 30,5%) habían presentado denuncia previa contra su agresor. Este dato revela dos situaciones que el propio Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Poder Judicial considera “preocupantes”: el porcentaje de mujeres asesinadas que habían denunciado previamente solo aumentó en tres puntos respecto al promedio de los últimos diez años; y el paso de denunciar a su agresor no siempre sirvió a las víctimas para ponerse a salvo.