El Gobierno de Lenín Moreno lleva más de dos años a contracorriente en una economía de abultado déficit fiscal y endeudamiento pero este martes realizó un cambio de rumbo en su política económica y resolvió el dilema sobre cómo elevar el margen de ingresos. Anunció una serie de ajustes que atacan directamente al gasto público. El más controvertido es la retirada del subsidio a la gasolina diésel por su impacto en el transporte público y de mercancías e, indirectamente, en los precios.