Unos 25 ratones procedentes de Nueva York aterrizaron en el aeropuerto de Madrid un día de junio de 2015, tras un vuelo de siete horas. La neurocientífica Marta Cortés recuerda la excitación de aquella espera. Los 25 animales viajeros procedían de la Universidad Rockefeller, donde ella misma había experimentado con ellos un tratamiento experimental contra el alzhéimer. Y aparentemente funcionaba.