Francia vive este martes su segunda jornada de huelga nacional en contra de la reforma de las pensiones planeada por el Gobierno de Emmanuel Macron y la sexta de bloqueo de transporte de sus principales ciudades. Porque aunque la movilización no haya sido generalizada desde las grandes protestas del jueves, cuando casi un millón de personas salió a la calle, el paro indefinido que sí mantienen los trabajadores del transporte público en urbes como París y del servicio ferroviario nacional desde entonces, ha provocado una paralización vial que dificulta mucho el día a día en las principales ciudades del país.