La Federación Española de fútbol y algunos políticos como Isabel Díaz Ayuso han presentado la celebración de la Supercopa en Arabia Saudí poco menos que como un hito en la emancipación de las saudíes. El entusiasmo tiene base. Ver a un puñado de mujeres en las gradas del estadio entremezcladas con los aficionados varones es una novedad en un país que hasta hace cuatro días era uno de los más segregados del mundo, si no el que más. La realidad es más compleja.