Los adolescentes sufren más ansiedad, depresión y suicidio tras la aparición de los móviles y las redes sociales, decía la evidencia científica. Los titulares que provocaron esos artículos fueron sonados: “¿Han destruido los móviles una generación?”, “La Generación Smartphone no está preparada para la edad adulta” o “Empeora la salud mental entre los más jóvenes”.