A veces un pequeño gesto lo puede cambiar todo. Esto es lo que debió pensar Robert Parry, cirujano pediátrico estadounidense, cuando en 2011 decidió empezar a hacer dibujos en los apósitos de los pequeños que pasaban por su quirófano. Una mariposa, su personaje de Disney favorito, un animal… El repertorio de Parry, que trabaja en el hospital infantil de Akron en Ohio (Estados Unidos), es infinito. El objetivo de esta forma de arte, de la que el médico reconoce ser autodidacta, “simplemente pretende divertir y disminuir el estrés de los más pequeños que se acaban de operar”.