Que hubiera o no testigos en el juicio político a Donald Trump dependía de que al menos cuatro senadores republicanos dieran la espalda a su partido y apostaran por saber más sobre lo que dijo y no dijo, presionó o no presionó su presidente para lograr que Ucrania se convirtiera en la tumba política del candidato demócrata Joe Biden. Eran la llave para que el exasesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, John Bolton, compareciese y dijera de viva voz lo que asegura en el manuscrito de un libro inédito que espera publicación.