El Govern era incapaz ayer de asumir el fracaso en la tramitación de la ley Aragonès, la norma con la que pretendía regular la contratación privada de los servicios de atención a las personas, tumbada el lunes en el Parlament. La Confederació del Tercer Sector, la patronal de entidades sociales, también lamentaba el fiasco pero reclamó a partir de ahora poner el foco en una nueva ley que priorice el modelo de conciertos públicos que respete más el modelo de sus asociados.