La polémica suscitada por la implantación de la franquicia del Hermitage, unido a que no hace mucho que se hicieron públicas las cifras de las visitas a los museos de la ciudad, obliga a pensar en nuestros museos. ¿Están bien puestos los museos en Barcelona? Lo cierto es que tampoco sabemos cómo se ha llegado tan lejos con la cuestión del emplazamiento del Hermitage y cómo no se ha podido dirigir antes hacia otro destino; en cualquier caso, parece inteligente pensar en otro emplazamiento siempre y cuando, claro está, no se vaya al parque de atracciones del Fórum. Por distintas razones, algunas evidentes y otras no tanto, nuestros museos están colocados mayoritariamente en el perímetro de la ciudad. Algunos en la primera línea frente al mar, como, en las Drassanes, el Museo de Historia de Cataluña, y otros en su equivalente a los pies de Collserola, como el Monasterio de Pedralbes o el Museo de la Ciencia. Algunos se han ido situando en Montjuïc, como el Etnológico, el Arqueológico, después la Fundació Miró, el MNAC, CaixaFòrum, y ahí conviene recordar que existe un plan para convertir la montaña en una especie de campuspara museos. Otro numeroso grupo está emplazado en Ciutat Vella y El Raval, como el Marés, el Picasso, el Museu d’Història y los más recientes, el MACBA y el CCCB, a los que hay que sumar el Centre d’Art Santa Mónica. Así es que, con la excepción del DHUB (excepcional en todos los sentidos), los tenemos frente al mar, en Ciutat Vella y El Raval, en Montjuïc y un par en el Eixample.