Llevas semanas en las que cualquier cosa te altera, puede que ya sean meses. Cuando no saltas a la mínima, te echas a llorar sin motivo. Los amigos no ayudan, pero sabes que necesitas ayuda, así que te pones manos a la obra para concertar una cita con un psicólogo. Tienes claro que es la solución, pero, ¿cómo saber si estás eligiendo a la persona adecuada? La mejor manera de averiguarlo es no dejar que el profesional sea el único que haga preguntas.