Dejando atrás tabús, convenciones históricas y aprensiones sexistas, la cosmética íntima ha decidido abrirse paso en el neceser masculino. Lo hace con una curva creciente de oferta y demanda en los últimos años, con decenas de laboratorios dispuestos a satisfacer las necesidades de un público que por fin se siente libre de cuidar sus genitales. Hidratantes, depiladoras, perfumes, desodorantes y demás productos pensados para las partes íntimas de los hombres gozan de una atención cada vez más relevante, huyendo de la clandestinidad de los sex shops y dinamizando una industria que prevé un crecimiento exponencial de sus ingresos: la cosmética masculina estará valorada en 55.000 millones de euros en 2026, según Reportlinker. Hasta un 22% más respecto al dato recogido en 2016.