Europa fue una vez un lugar geográficamente muy diferente. Hasta hace unos 8.000 años existía una tierra ahora sumergida llamada Doggerland que unía la actual Gran Bretaña con el continente. Es un lugar muy difícil de investigar con los medios técnicos actuales, pero que tiene sus fanáticos, que dedican su tiempo libre a buscar huellas humanas en ese inmenso territorio ahora engullido por el mar —la escritora británica Julia Blackburn publicó el año pasado un libro ilustrado sobre ellos, titulado Time Song: Journeys in Search of a Submerged Land—.Pescadores del mar de Norte han encontrado huesos de mamuts, numerosos restos arqueológicos han ido emergiendo en las playas, incluso han aparecido huellas de seres humanos en fondos marinos. La subida del mar al final de la última glaciación inundó ese espacio y creó una tierra fantasma. Esta Atlántida de la prehistoria se alza como uno de los muchos indicios que nos recuerdan hasta qué punto el clima ha influido en lo que es Europa en la actualidad.