Cuatro años después de ser asesinado en Egipto, miles de pancartas colgadas de los balcones de la ciudad de Trieste siguen pidiendo justicia para Giulio Regeni, originario de la localidad italiana y que en 2016 fue desaparecido en El Cairo mientras investigaba sobre un tema en apariencia inocuo, pero más que sensible según el grado de exposición de las autoridades, o los cadáveres que oculten en el armario: el papel de los sindicatos egipcios. Su cuerpo fue hallado en una cuneta, con el cuello roto y las muñecas violáceas, pero nadie ha respondido del crimen porque Egipto da largas a la justicia italiana.