España es el cuarto mejor país del mundo para vivir (según una encuesta de 2019), lo cual dice muchas cosas buenas de nosotros. La seguridad y la calidad de vida son algunos de los aspectos mejor valorados por los extranjeros que residen aquí. Pero de ahí a decir que somos perfectos… Todo es susceptible de mejorar, y en otros países tienen costumbres relacionadas con el respeto a los demás —algunas, reguladas por ley— tan ideales que quizá no sería mala idea que las exportásemos a tierras hispanas. Alguna podría hasta ayudarnos a preservar la siesta del fin de semana.