Arturo Zaldívar (Querétaro, 1959) se convirtió en enero de 2019 en el primer presidente de la Suprema Corte de México que no hizo carrera judicial. El abogado de perfil progresista llegó a la cumbre de la judicatura días después de que Andrés Manuel López Obrador inició su mandato prometiendo el fin de los excesos y la corrupción en la política. Zaldívar desestimó el ser un contrapeso del poder ejecutivo para, en cambio, convertirse en otro ariete de la transformación.