Para un inglés, su casa es su castillo, pero para Charles Jencks, la casa de un inglés es su abstruso simbolismo cósmico. El número 5 de Landsdowne Walk, ubicado en Notting Hill, un barrio que aparentemente siempre está de moda, no tiene puerta principal sino un portal, en el sentido grandioso de la palabra. En cualquier caso, Jencks, fallecido el pasado octubre, no era del todo inglés, aunque viviera en Londres desde 1965, año en el que dejó la Escuela de Diseño de Oxford. Nació en 1939 en Baltimore (Estados Unidos), de padre compositor. Patricio, amable, encantador y hay que reconocer que un poco arrogante por cuenta de su posición, educación y riqueza (su difunta esposa, Maggie Keswick, pertenecía a la familia que inventó Hong Kong), a nadie se le ha ocurrido nunca decir: “Venga ya, Charlie. No es un portal, ¡es una maldita puerta principal!”.