En un artículo recientemente publicado en The Lancet se exploran algunas de las características que han adoptado los sistemas de salud de Hong Kong, Japón y Singapur para afrontar la epidemia de COVID-19. Dado que en estos lugares se ha conseguido controlar en gran medida la expansión de la epidemia, se pueden extraer algunos aprendizajes aplicables a España. En los tres lugares se introdujeron medidas de contención y estructuras de gobernanza apropiadas; se adoptaron disposiciones para apoyar la prestación y la financiación de la atención de la salud y se elaboraron y aplicaron planes y estructuras de gestión de la crisis. Sin embargo, su respuesta es vulnerable a las deficiencias en la coordinación de los servicios, el acceso a suministros y equipos médicos adecuados, la adecuación de la comunicación de riesgos y la confianza pública en el gobierno.