La gastronomía vive también una situación inédita en la historia contemporánea. La restauración ha cerrado y nadie puede salir a comer fuera de casa, solo recibir comida a domicilio. Esta circunstancia atípica ha desencadenado una revolución en las cocinas. Ahora, sí o sí habrá que enfrentarse a los fogones, o a la vitrocerámica, en algún momento del día.