Luchando cuerpo a cuerpo contra el invisible enemigo, el heroico ejército sanitario sigue librando decisivas batallas en esta inmensa y singular contienda global. Sin duda, la pandemia será vencida y, tras la guerra, será necesario hacer balance de daños y gestionar el durísimo día después, una posguerra que requerirá un mayúsculo esfuerzo intelectual y de recursos para evitar el colapso a nivel global. Deseo que con esta crisis la humanidad haya advertido que los verdaderos enemigos son los inmensos problemas globales: sanitarios, climáticos o de contaminación que hipotecan de forma decisiva el futuro de nuestra común civilización. Espero que la historia, cuando juzgue el trascendente momento que nos toca vivir, pueda afirmar que finalmente con esta crisis la humanidad fue consciente de su inmensa fragilidad y que lo que le permitió unirse para afrontar conjuntamente los graves problemas comunes.