Tutús, tul y mallas de color pastel. Es lo primero que le viene a todo el mundo a la cabeza cuando escucha la palabra ballet, que por algún motivo se asocia a lo ñoño y cursi. Pocos imaginarán que tras esa delicadeza de movimiento se esconden músculos tan duros como el acero y la piedra a la par que flexibles y elásticos como el bambú. Cuerpos delgados y largos a la vez que fibrosos y tonificados. En definitiva, el sueño de cualquier escultor renacentista y, para qué engañarnos, de la mayor parte de los seres humanos. Acercar las rutinas físicas de los bailarines a los mortales es la idea que hay detrás del ballet fit, una disciplina impulsada en nuestro país por la bailarina Gloria Morales, que, como podrán intuir por su nombre, mezcla la danza con el fitness. Es la recomendación deportiva del mes de la sección Lo mejor de nuestro número de abril, donde cada mes esbozamos unas pinceladas sobre lo más inspirador que se cuece en el terreno del bienestar. Puedes consultar el resto descargándote gratis BuenaVida en formato digital, haciendo click aquí.