He sido testigo de mucho sufrimiento en Idlib durante este largo conflicto, pero los últimos meses han sido los peores. La gente huyó de los bombardeos militares en grandes oleadas, a veces decenas de miles en un día. Las calles se han llenado de gente en movimiento, sin ningún sitio en el que vivir, mientras que las carreteras se llenaron de automóviles cargados de familias enteras.