Sentir de repente un fuerte dolor en el pecho en plena calle. Sacar el móvil y ver en la pantalla una alerta cardíaca. Lo siguiente es ponerse nervioso. Puede que esa persona esté sufriendo un ataque al corazón. Pero también se siente segura. Sabe que esa alerta ha llegado en tiempo real a su médico y que en Sanitas se han activado ya los protocolos para actuar. En poco tiempo, una ambulancia le recoge y la lleva al hospital. Ha salvado su vida.