Un restaurante senegalés en el madrileño barrio de Lavapiés puede convertirse en un privilegiado punto de observación de lo que le sucede a una comunidad entera en su día a día. A uno de ellos acude asiduamente Sara Martín López. Allí, entre vasos de bissap o platos de yassa, maafé o thiéboudienne, ha sido testigo “de redadas policiales y otras injusticias”. Ha visto cómo “la Policía entraba en el local a pedir papeles a los comensales negros o los sacaba a la calle para pedírselos, y se llevaba a los que no los tenían. Cómo al amigo con el que había quedado se lo llevaban detenido… Estas son cosas que ocurren muy a menudo”, afirma.