En un momento de máxima consciencia ambiental, Luxemburgo ha implementado el transporte público gratuito. Así de sencillo: sin billetes, torniquetes, revisores ni máquinas expendedoras de papel en las estaciones de tren, tranvía y autobús. Esta medida, que se adoptó antes de que estallara la crisis del coronavirus con toda su crudeza, puede servir como ejemplo para el futuro que ahora todas las ciudades tratan de diseñar para la época de la postpandemia.