Al margen de los llamados hoteles gastronómicos, los chefs estelares están entregados a tener sus propios alojamientos. Dar comida y cama es una experiencia completa, satisfactoria para los buscadores de sensaciones, que ya han puesto en marcha figuras como Pedro Subijana con Akelarre, Paco Pérez con Miramar, Francis Paniego con Echaurren o Toño Pérez con Atrio, e internacionales como la eslovena Ana Roš con Hiša Franko o los estadounidenses Kyle y Katina Connaughton en SingleThread Farms. El italiano Massimo Bottura abrió en mayo del año pasado Casa Maria Luigia a las afueras de Módena y el último en incorporarse a la lista ha sido Girona Casa Cacao, hotel con obrador de chocolate que promueven Jordi Roca y Anna Payet.