La música es fruto de viajes. Viajes a lo largo del tiempo, a través de distintos espacios, de distintas personas compartiendo, intercambiando, expresando y comunicando saberes, talentos y valores de generación en generación. En África Occidental, a esa figura transmisora de la historia a través de la palabra y la música, a esos contadores orales, se les conoce como jeli, en lengua mandiga, géwël, en wolof, o griot, una transcripción francesa de guiriot, la palabra que creyeron escuchar por primera vez los extranjeros y que escribieron en el siglo XVIII.