Mucho se viene divagando acerca de cómo será el mundo después del coronavirus. La globalización, tal y como la conocemos, es una de las víctimas recurrentes de esa futurible transformación que los expertos aseguran que podríamos experimentar. Si bien, entre tantos y tan diversos pronósticos, es difícil distinguir las predicciones rigurosas de los anhelos oportunistas, en lo que respecta a la globalización económica, parece que algo está definitiva y afortunadamente destinado a cambiar.