La crisis desatada por la pandemia de covid-19 y el cierre de las economías desarrolladas puede provocar que 60 millones de personas caigan en situación de pobreza extrema —vivir con menos de 1,90 dólares al día— en todo el mundo. Esto supondría, como ya advirtió el administrador del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Achim Steiner, un retroceso en la lucha contra este problema que hoy sufren 736 millones de personas, según la ONU. Esta vez ha sido David Malpass, presidente del Banco Mundial, quien ha alertado del peligro de que se reviertan buena parte de los avances de los últimos años para erradicar esta lacra que, de cumplirse lo establecido en el primero de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, debería ser en 2030.