La brisa empuja suavemente la bicicleta en el último tramo del Camino de Sirga, el sendero que cruza el delta del Ebro siguiendo el curso del río hasta la desembocadura. Son 30 kilómetros de ruta señalizada que a su paso muestran infinitos campos de arroz, bosques de ribera, juncos y cañas, y una gran variedad de aves acuáticas que en esta época del año sorprenden a cada momento con su elegante vuelo y sus bailes sobre el agua. Y al final del camino, la playa de Migjorn, punto estratégico para contemplar desde su mirador la isla de Buda y la laguna de La Alfacada. También es un lugar perfecto para detenerse a tomar un baño o andar por la orilla tantos kilómetros como se desee.